Perú, tierra de emprendedores: ¿Lo llevaremos en el ADN?
Los peruanos no esperamos a que las oportunidades lleguen, las creamos. Desde tiempos inmemoriales, nuestros ancestros han demostrado una capacidad única para desafiar su entorno y convertirlo en su mejor aliado; sino cómo explicar que grandes civilizaciones como la Caral, la Nazca o, incluso, los magníficos Incas hayan logrado prosperar en condiciones tan extremas?
Y es que no había excusas, sólo soluciones. Estas grandes Civilizaciones construyeron caminos en donde no había, crearon sistemas de irrigación y sofisticados acueductos en medio de los desiertos, levantaron puentes y hasta ciudades enteras en los lugares más desafiantes del planeta. Ese mismo espíritu indómito es el que hoy notamos en cada emprendedor peruano que decide salir adelante, ya sea con un pequeño taller de artesanía, un negocio digital, una startup tecnológica o simplemente un puesto de comida en la esquina de su barrio.
El Perú es líder en emprendimiento en Latinoamérica. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), somos el país con mayor espíritu emprendedor de la región y el quinto a nivel mundial. Sólo para tener una idea, en el primer trimestre del 2024, se crearon 71,070 nuevas empresas, esto es alrededor de 800 empresas por día, según fuentes del INEI.
Esto no es un dato. Es una prueba irrefutable de que el peruano no se rinde ante las circunstancias que le tocan vivir. Ni las crisis económicas, ni la ineficiencia de las autoridades, ni la inseguridad nos detienen. Porque la necesidad, el ingenio y la pasión son tan fuertes que nos impulsan a desafiar la incertidumbre y convertirla en oportunidad.
Hoy, la tecnología ha potenciado este impulso natural. Con acceso a redes sociales, e-ecommerce y plataformas digitales, emprender es más accesible que nunca. Pero más allá de las herramientas con las que se dispone en la actualidad, lo que marca la diferencia es la chispa que llevamos dentro: somos emprendedores por naturaleza.
Y es que emprender, según la Real Academia de la Lengua (RAE) significa “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Si rebuscamos más allá aún, pronto descubriremos que la palabra emprender proviene del vocablo francés "emprendre", que se refería a iniciar una acción o asumir un proyecto con determinación.
En español, la palabra "emprender" pronto adquirió el significado de iniciar algo con esfuerzo y dedicación, especialmente cuando implica riesgos o desafíos. De ahí deriva "emprendedor", que describe a la persona que toma la iniciativa para desarrollar proyectos, empresas o ideas innovadoras pese a las circunstancias adversas.
Curiosamente, en sus inicios, la palabra entrepreneur del francés (de donde proviene el término "emprendedor") se usaba para describir a mercenarios y aventureros que tomaban riesgos en la guerra o en los negocios. Hoy, el concepto de emprendimiento se asocia con la innovación, la creatividad y la capacidad de superar obstáculos para alcanzar el éxito que es, justamente, lo que siempre ha identificado, desde hace muchísimo tiempo, al peruano. Algunos nos llaman resilientes, otros simplemente nos llaman emprendedores. Por eso, cuando decidas emprender algo, recuerda que la historia, tu suelo, tu ADN te avala y que el peruano jamás se ha rendido, siempre se ha reinventado y ha reinventado su entono en armonía con la pachamama.
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